La vida de la gran estrella de la canción francesa Edith Piaf (Edith Giovanna Gassion) estuvo marcada por la desdicha y la tragedia, lo que marco la cualidad desgarrada y melancólica de sus interpretaciones líricas. En este retrato realzado en el Estudio Harcourt en 1946 aparece cual mística Juana de Arco en una especie de estado de extravagante redención religiosa, sin perder esa expresión de fragilidad que la hizo merecedora del nombre por la que la conocemos Piaf (gorrión). Esta fotografía es un ejemplo del inconfundible estilo del estudio fotográfico creado por la fotógrafa Cosette Harcourt.
Harcourt, nace en París en el año 1900 de padres judíos y con el nombre de Germaine Hirschfeld. No me ha sido fácil encontrar muchos datos sobre su biografía, tan solo que trabajó en varios estudios fotográficos durante los años 30, entre ellos Díaz y el de los hermanos Henri y Gaston Manuel (Manuel Fréres), este ultimo especializado en retratos y fotografía industrial.
Es en enero de 1934 cuando la visionaria Cosette Hancourt se asocia con los hermanos Lacroix, editores y empresarios de prensa y con Robert Ricci , hijo de Nina Ricci, y fundan el Estudio Harcourt. En el estudio que lleva su nombre, es ella quien ejerce de directora y quien crea el particular estilo galmouroso de sus fotografías, centrándose en retratos en blanco y negro de artistas y personalidades de la cultura y la política. Fue ella la encargada de reclutar y aleccionar a los mejores fotógrafos del momento que estaban relacionadas con la cinematografía, e incorporó el uso de luz continua para que estos jugaran con la iluminación al particular estilo Harcourt, sin el uso de flashes.
Roland Barthes en su libro “Mitologías” en 1957, escribió lo siguiente:
…“En Francia, ningún actor puede considerarse tal sin antes haber sido fotografiado por el estudio Harcourt “…
Cuando estalló la guerra, las cosas pintaron mal para el estudio, al ser de origen judío tanto Cosette como la dueña del inmueble donde este se alojaba, un bello palacete situado cerca de los Champs-Élysées. A pesar de que uno de los hermanos decidió casarse con ella para protegerla, Cosette huyo de París y acabó en Inglaterra donde consiguió la nacionalidad inglesa que ya nunca abandonaría. El instinto comercial y de supervivencia hizo que el estudio consiguiera resistir a la ocupación nazi. Los hermanos Lacroix, decidieron crear una revista de cine que llamaron “Vedettes” y que daba salida a las fotografías de estudio al modo de Hollywood.
Gracias a la eterna y universal vanidad humana, una peculiar clientela acude al estudio guiada por el deseo de verse retratados como estrellas de cine: el ejercito alemán. En los lujosos salones del estudio, los invasores llevaban un gran tren de vida, se daban fiestas con orquesta y champán. El fotógrafo Christian Jandez, citado por el historiador Françoise Denoyelle, se entusiasma con «estos alemanes tan fotogénicos, con su paso marcial, su modo de posar y sus ojos claros «. El fotógrafo Raymond Voinquel dice haber visto pasar por el estudio hasta cuarenta al día, entre soldados rasos, oficiales y miembros de la SS con la calavera sobre la gorra.
Esas fotos jamás han sido publicadas aunque algunas (pocas) se encuentran en el archivo Harcourt. El fondo, comprado por el estado francés al principio de los años 1990, es conservado por la Mediateca de Arquitectura y Patrimonio Cultural. Pero durante años, solo las imágenes de celebridades han sido catalogadas y explotadas comercialmente.
Por otro lado, tras la liberación, fueron los soldados estadounidenses los que pasaron por el estudio para ser retratados como Cary Grant o Clark Gable. La inconfundible marca Harcourt ligada al lujo y al glamour hollywoodiense, hizo del estudio una fructífera empresa no sólo al servicio de celebridades artísticas e intelectuales, sino sobre todo por una gran cantidad de anónimos burgueses ávidos de inmortalizarse a si mismos o acontecimientos como nacimientos, comuniones y bodas.
Cossete vuelve a París al acabar la guerra y de nuevo se hace cargo de la dirección del estudio. En 1946 le pide el divorcio a Jean Lacroix, con estas palabras:
«Mon ami, en des temps troublés vous avez su me protéger des aléas de l’histoire. Il est maintenant venu pour moi l’heure de vous rendre votre liberté, vous laisser l’espoir d’une vie conjugale à laquelle je suis hostile…»
» Amigo mío, en tiempos difíciles has sabido protegerme de los azares de la historia. Ahora llego el momento de devolverte la libertad, dejarte la esperanza de una vida conyugal hacia la cual yo soy hostil… »
Su relación profesional y de amistad siguió siendo muy estrecha hasta el día de la muerte de Cosette en 1976.
En el numero de febrero de la revista Life de 1952, se publica un reportaje sobre el Estudio Harcourt, con motivo de una sesión de fotos realizada a petición de la periodista francesa Carmen Tessier. En el reportaje se muestra una fotografía en la que aparecen 81 de los 86 hombres y mujeres que formaron el equipo, entre fotógrafos, técnicos de iluminación, técnicos de laboratorio, maquilladores, peluqueros, estilistas y demás, que trabajó para conseguir ese retrato que aparece en un caballete a la derecha del grupo (Pelín excesivo pienso yo). En primera linea aparece Cosette sentada entre los hermamos Lacroix y aquí abajo junto a Carmen Teisser en el proceso de selección de las fotos.
El Etudio Harcourt ha acumulado en 80 años más de medio millón de negativos, hoy pertenecientes al Estado francés. Una memoria visual que incluye, además de miles de personalidades anónimas, a la mayoría de las grandes figuras del arte, la cultura, y la política del siglo XX y el actual. Sobre estas lineas, un jovencísimo Salvador Dali.
Bajo sus luces legendarias desfilaron escritores, pintores, cantantes y actores, de la talla de Marlene Dietrich, Jean Cocteau, Josephine Baker, Edith Piaf, Brigitte Bardot, Ingrid Bergman, Alain Delon o Maurice Chevalier entre una larguísima y prominente lista de retratados.
El Estudio Harcourt ha seguido fiel al estilo marcado por Cosette Harcourt en sus días, atrayendo en la actualidad a las nuevas generaciones de estrellas y celebridades. Allí han continuado retratándose famosos como John Malkovich, Rafa Nadal, Mónica Belluci, Paulo Coelho, Marion Cotillard, Jean Paul Gaultier, Zinedine Zidane, Dita Von Teese, entre muchos otros, incluida la famosa muñeca Barbie.
Por el módico precio de 1900 €, cualquiera puede inmortalizar su vanidad al estilo Harcourt.
Cosette Harcourt en Le Temps
Cosette Harcourt en Life
Cosette Harcourt en Bureau233
Estudio Harcourt en Le Monde
Estudio Harcourt en Mediatheque Patrimoine de Culture.
Estudio Harcourt en www.outandaboutinparis.com
14 abril, 2015 en 12:33 pm
Jajaja, son de todo menos naturales, puro alimento para vanidades hambrientas
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14 abril, 2015 en 11:05 am
Me abruma tanto glamour, muy interesante la historia de Cosette, otra gran luchadora ,aunque este estilo de fotografía tan posado me resulta un poco cursi.
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