Este foto montaje titulado «Io + Gatto» y realizado por Wanda Wultz en 1932,  fue el ejemplo que me dieron para uno de mis primeros ejercicios prácticos de Photoshop, allá por el Pleistoceno. El resultado fue una imagen muy real de mi hija sentada en un sillón con la cara de mi perra labrador. Quedo bastante inquietante, a mi hija no le hizo ninguna gracia por aquel entonces, y como nunca llegué a imprimirla estará perdida en algún disco duro.

Últimamente me llegan bastantes comentarios escandalizados acerca del Photoshop como si se tratara de la mas diabólica e infernal de las herramienta en manos de un fotogarafo. A ver, con un cuchillo puedes cortar verduras o mutilarte la mano, pues con el photoshop es lo mismo. Si cortando las verduras se te escapa el cuchillo, te cortas un dedo y montas un desastre en la cocina. Así que úsalo con cuidado y con la intención de cortar verduras y no la de asesinar a tus vecinos.

¿Donde esta el límite en la manipulación fotográfica? En mi opinión esta muy claro, cómo dice Walter Benjamin: «lo que sigue siendo decisivo en fotografía es la relación del fotógrafo con su técnica».

Una cosa es la fotografía cuyo objetivo sea generar un testimonio grafico, cuyo valor es su intención de reproducir la realidad. Este sería el caso del fotoperiodismo y la fotografía puramente documental, donde la veracidad y la credibilidad juegan un papel muy serio. En este caso creo que debe ser el propio fotógrafo el que debe tener muy claro cual es su relación con su técnica, pasa a ser una cuestión de ética profesional. Lo mismo en moda o publicidad, depende de si la intención es creativa o pretende ser engañosa, todo acaba siendo una cuestión moral.

Otra cosa muy distinta es considerar la fotografía como una herramienta de creación artística, como un medio más de expresión creativa.  Al ser una relación de pura expresividad no creo que haya que establecer ningún limite, no más de los que tenga el arte en general, si es que los tiene.

Este es el caso de estas dos mujeres protagonistas de hoy, Barbara Morgan y Wanda Wultz. Su relación con la fotogarfia estuvo basada en la experimentación con esa técnica y sus capacidades expresivas. Ambas son consideradas precursoras del fotomontaje y hoy podríamos afirmar que se adelantaron al Photoshop. Cómo muchos profesionales en su época su inquietud  las llevo a experimentar  y exprimir todas las posibilidades expresivas que podían lograr con la cámara o en el laboratorio, en un proceso de trabajo que se puede considerar mágico.

Barbara Morgan. «Hearst over the people», 1939. En esta obra, la cara del magnate de la prensa Randolph Hearst aparece con el cuerpo de un pulpo gigantesco extendiendo sus tentáculos sobre las masas de Nueva York, de modo similar a como controlaba a una gran parte de la industria periodística por esos tiempos.

En «Spring on Madison Square» de 1938, Morgan superpone una fotografía de el bailarín Eric Hawkins con fotográmas de flores y en el fondo una fotografía invernal de Madison Square.

En este montaje «Brainwashed» de 1966 utiliza el concepto de «lavado de cerebro» para sugerir la posibilidad de un lavado de cerebro cultural indirecto por el efecto de insensibilización del publico tras años de ver imágenes de violencia en cine y televisión.

 

En 1979 realiza la serie «Nuclear Fossilization», en ella combina un retrato de su marido Willard  (que había muerto en 1967 después de luchar dos años contra el cáncer), con un negativo de un fósil de una amonita. El mensaje es claro frente a la explosión nuclear el hombre se perderá en el tiempo como los dinosaurios.  La amenaza nuclear era para ella un tema recurrente, se planteaba como cambiaría la vida por la radiación. Morgan se había convertido en una ferviente ecologista y luchadora contra la violencia.

Barbara Morgan nacida en 1900 en Kansas, es sobretodo conocida por ser cofundadora de la revista Aperture en 1952 y por sus fotografías de Martha Graham (con quien mantuvo una gran amistad durante 60 años), Merce Cunningham, Jose Limón, y otras figuras de la danza moderna.

“I’m not just a ‘photographer’ or a ‘painter, but a visually aware human being searching out ways to communicate the intensities of life».

 «No soy solo una fotógrafa o una pintora, sino un ser humano visualmente despierto buscando caminos para comunicar las intensidades de la vida»

Barbara Morgan no empezó su carrera artística cómo fotógrafa, mas bien como pintora. El hecho de poder compaginar su vida como madre trabajadora y como artista, y la idea que tenia para un futuro libro (con fotografías de Martha Graham), hicieron que cambiara la pintura por la fotografía. De ese modo no se veía obligada a trabajar solo durante las horas de luz del día. Se montó un cuarto oscuro en un estudio con vistas a Madison Square y allí comienza a experimentar con los aspectos fotográficos técnicos y de laboratorio.

Tuvo una larga y prolífica vida como artista y docente. Mantuvo grandes amistades con algunas de las mentes más creativas de su época, como Edward Weston, Gordon Parks, Margaret Mead, Joseph Campbell, Dorthea Lange, Stuart Davis, Richard Neutra, Berenice Abbott, Minor White, Ansel Adams,etc…

Murió en Nueva York a los 92 años.

Estas son las dos fotografías a partir de las cuales Wanda Wultz realizo su montaje  «Io + Gatto» que seguramente sea uno de los primeros «selfies» manipulados de forma creativa. Con gran dominio del retrato, la luz y la práctica de laboratorio, conjuga sus conocimientos técnicos con una entusiasta pasión por las vanguardias (futurismo, dadaísmo, surrealismo, etc) y sus ansias de transgresión.

Wanda Wulz  nace en Trieste en 1903 en el seno de una familia de ilustres fotografos profesionales. Su abuelo comenzó en la fotografía en 1860 y pasaría luego el testigo a su hijo Carlo, el padre de Wanda. El estudio Wultz  trabajo casi ininterrumpidamente durante tres generaciones, hasta que Wanda y su hermana Marion sin herederos, lo cerraron en 1980.

La relación de las hermanas Wultz con la fotografía fue por tanto algo familiar, desde su debut frente a la cámara hasta su larga carrera detrás de ella. Cómo artistas demostraron una originalidad y fluidez que las colocó en la vanguardia de la experiencia fotográfica italiana.

Estas mujeres son  tan solo dos ejemplos de cómo la necesidad por modificar las imágenes de la camera es tan vieja como la fotografía en si misma, solo los métodos han cambiado. Casi todos los tipos de manipulación que hoy asociamos al mundo digital, eran tambien parte del repertorio predígital del medio, cinturas de avispa, suavizados de la piel, añadidos o eliminaciones, o incluso la creación de escenarios fantásticos y hechos que nunca tuvieron lugar.

Hace un par de años se hizo una exposición dedicada a este tema en el Metropolitan titulada: «Faking It. Manipulated Photography Before Photoshop»

Y para terminar os dejo el enlace  a la web de Keni Connell, trabaja manipulando dos o tres negativos en Photoshop para reflexionar sobre las polaridades de la propia identidad. He descubierto su trabajo buscando mujeres fotógrafas que trabajan con la manipulación digital de la imagen. La comparto con vosotros como ejemplo de que el Photoshop no es tan malo,si se usa bien.