Innovadoras, revolucionarias o hechizadas por la ciencia. He aquí otra muestra del trabajo de mujeres increíblemente avanzadas a su tiempo. Cuyas inquietudes e intereses tan dispares, han contribuido de manera indudable, a nuestra visión del mundo, y con ello, a la historia de la fotografía. Es tan grande su aportación, que no puedo evitar pensar lo insignificante de mi existencia en comparación con estas audaces mujeres, tan solo me reconforta el saber, que estoy poniendo mi granito de arena en la divulgación de su obra.

1. Louise Dahl-Wolfe nacida de padres noruegos el 9 de noviembre de 1895 en San Francisco, es conocida, en primer lugar, por su trabajo para Harper’s Bazaar.  

En 1914 entro en el  California School of Fine Arts (actualmente el San Francisco Art Institute) donde estudió diseño con Rudolph Schaeffer. Empezo a interesarse por la fotografía en 1921 al descubrir el trabajo de la pictorialista  Anne Brigman, miembro del grupo Photo-Secesion. No fue hasta principios de los años treinta que empezó a concentrarse en la fotografía. Paso un verano en las Smoky Mountains retratando a sus gentes, uno de estos retratos fue publicado en Vanity Fair en 1933. Ese año abrió estudio propio en Nueva York y comenzó a trabajar de freelance en moda y publicidad. Es en 1936 cuando entra a formar parte del staff de Harper’s Bazaar, donde permanecería hasta hasta 1958. Durante ese tiempo publicó en la revista 86 portadas, 600 fotografías en color y miles en blanco y negro. Louise Dahl-Wolfe, fue una pionera en el uso de la luz natural y las sesiones, en localizaciones en el exterior, para la fotografía de moda.

Una fotografía en color de  Betty Bacall para una portada en 1943, ayudo a la entonces modelo de 17 años a llegar a Hollywood, donde cambio su nombre por Lauren.

Palabras de Lauren Bacall al respecto:“the twist of fate that changed my life forever”.(un giro del destino que cambio mi vida para siempre)

Aunque fue la fotografía de moda la que la hizo famosa, ella prefería hacer retratos. Entre los numerosos personajes a los que retrató, aquí tenemos los que les hizo a Cecil Beaton (con la cámara) y a un jovencísimo Balenciaga.

Tuvo una gran influencia sobre fotógrafos como Irving Penn y Richard Avedon. Uno de sus asistentes fue Milton H. Greene. Tras salir del Harper’s Bazaar y hasta su retiro en 1960, Dahl-Wolfe trabajó como freelance para otras publicaciones, como Vogue y Sports Illustrated, entre otras y se le dedicaron importantes exposiciones.

2. Tina Modotti nacida como Assunta Adelaide Luigia Modotti, en Údine, Italia,  el 17 de agosto de 1896. A los 16 años emigra a Estados Unidos, a San Francisco, donde vivía su padre. En 1918 se casa con el poeta Roubaix de L’Abrie Richey, “Robo”, con el que se muda a los Angeles y hace sus pinitos en Hollywood como actriz.  Es allí donde  conoce a Edward Weston, con el que trabajó como modelo y tuvo un romance.

Su marido se traslada a Méjico para hacerse cargo del Departamento de Bellas Artes en 1920 donde contrajo tuberculosis. Ella se fue con el para acompañarlo en su lecho de muerte. Poco después Weston se reune con ella (dejando atrás a su mujer y a sus tres hijos) y se instalan allí. De él aprendió  fotografía y comenzó a desarrollar su propia obra. La pareja trabó amistad con la elite bohemia de la Ciudad de Méjico y Tina entró en contacto con algunos radicales políticos y miembros del Partido Comunista. Tuvo algún romance eventual con algunos de sus miembros y se convirtió en activista revolucionaria.

En esa época su trabajo fotográfico se va implicando, cada vez más en cuestiones políticas. Se convirtió en la fotógrafa elegida del floreciente movimiento de los muralistas mejicanos. Documentó el trabajo de José Clemente Orozco y Diego Rivera. Quizas gracias a todo ello, su vocabulario visual se enriqueció en este periodo, especialmente en sus poéticas imágenes  de campesinos y trabajadores.

En 1930, fue falsamente acusada de conspirar para asesinar a Pascual Ortiz Rubio, presidente de México, por lo que fue detenida. Gracias a la ayuda de Diego Rivera, fue liberada pero expulsada del país y acaba dando con sus huesos en Moscú. Cuando estalla la Guerra Civil Española en el 36,  Modotti (usando el pseudónimo de “Maria”) viaja a España, donde trabajó y permaneció hasta 1939.

Estas fotos son una muestra del trabajo que realizó en Madrid durante la guerra.

3. Germaine Krull  nació el 29 November 1897  en Wilda, una localidad fronteriza entre Polonia y Alemania, lo que era entonces Prusia Oriental. Su nacionalidad no queda clara pues su familia se movía por Europa frecuentemente. No recibió una educación tradicional, es decir no fue al colegio, fue su padre ingeniero y librepensador, quien la educaba en casa. Seguramente la influencia paterna, la predispuso al desarrollo de su compromiso con la justicia social y a vivir una vida lejos de los convencionalismos sociales de la época, concretamente los relativos al papel de la mujer y  a la libertad sexual.

Tuvo una vida de lo mas agitada, vivió y trabajo en Berlín, Moscú, Amsterdam, París, Monte Carlo, Brasil, Argelia, Brazzaville (actualmente República del Congo y entonces perteneciente a la Africa Ecuatorial Francesa). Fue propietaria de un Hotel en Tailandia y se hizo budista en la India. Paso de ser  arrestada y expulsada de Alemania acusada de ser bolchevique,  a ser  apresada y expulsada de Rusia por ser anti-bolchevique. Conoció y retrató al Dalai Lama. Entre su circulo de amigos estaban  Sonia y Robert Delaunay, Eli Lotar, André Malraux, Colette, Jean Cocteau, André Gide, Rainer Maria Rilke y Friedrich Pollock. Vamos, que cualquiera necesitaría varias vidas para llegar a su altura y un tómo enciclopédico par escribir su biografía completa.

Man Ray dijo en los años 20: «Germaine, tu y yo somos los más grandes fotógrafos de nuestro tiempo, yo en el sentido antiguo y tu en el moderno».

Publicó más de una docena de libros con sus fotografías (una de las precursoras de lo que ahora llamamos fotolibros), uno de sus trabajos más significativos es el perteneciente  a  Métal de 1928. Un recorrido por la fotografía industrial de esos años, al que pertenecen estas imágenes de obras de ingeniería , entre ellas la Torre Eiffel.

Ya desde comienzos de la década de los años veinte se interesó por el desnudo femenino, en 1930 publicó Études de Nu.

4. Berenice Abbott nació un 17 de Julio de 1898 en Springfield, Ohio. Estudió escultura y dibujo primero en Berlin y más tarde en Paris en los años 20. En París trabajo como asistente de Man Ray y es entonces cuando descubrió, rescató y catalogó todo el trabajo de  Eugéne Atget. Su curiosidad y entusiasmo la llevaron a una constante búsqueda e investigación de la realidad a través de su cámara.

Lo más conocido de su trabajo fotográfico son sus fotografías de las calles de Nueva York. Este proyecto de documentación de la ciudad  comenzó en 1929 a su regreso de París. Es en aquí donde más claramente se aprecia la influencia que le causo su relación con Atget y la documentación de su obra. Supo reflejar a la perfección el carácter siempre cambiante y la frenética actividad  de esa ciudad que no paraba de crecer con una claridad de visión abrumadora.

¿No es asombroso el parecido de esta fotografía con la primera que he mostrado de Germaine Krull? Si, lo se, esta tiene un encuadre mucho más abierto, pero la idea de sacar la foto desde detrás del letrero interponiendo en el primer plano las letras es de una coincidencia asombrosa. Quien sabe, lo más probable es que Abbott conociera el trabajo de Krull en «Metal» y , consciente o inconscientemente, se viera inspirada por esa fotografía.

En 1939 Abbott  comienza su proyecto fotográfico más ambicioso, y el que, en mi opinion es, sin duda alguna, el más interesante y bello, dentro de su extensa producción. Se intereso profundamente por la ciencia, por hacer, que la belleza abstracta de la física, la química y las matemáticas, se mostrase visible y concreta. Entonces puso todo su empeño en probar que la fotografía era el medio más apropiado para aunar arte y ciencia. Trabajó sola y con muy poquito apoyo durante casi veinte años, hasta que finalmente en 1958, su trabajo fue reconocido por el Physical Science Study Committee y fue contratada para trabajar con ellos en el MIT (Massachusetts Institute of Technology). En todo el tiempo que dedicó a este proyecto (que se extendió a lo largo de 23 años), produjo miles de fotografías en distintos formatos, diseñó y patentó dos cámaras y varios equipamientos científicos. Documenting Science  recopila lo mejor de este trabajo.

 

Termino con una muestra de los numerosos retratos que realizo a eminentes personalidades del momento. Comenzando en orden descendiente y cronológico  por el de Peggy Guggenheim, en 1926. Cocteau con una pistola, 1926. Eugene Atget, 1927. Las manos de  Cocteau en 1927 y James Joyce, 1928.