Las fotografías de Masao Yamamoto son pequeños objetos que caben en la palma de la mano. Todo debe tener su escala, su tamaño adecuado, en este caso, atesora los recuerdos para poder llevarlos con nosotros allá donde vayamos. De echo uno de los métodos que tiene para envejecer estas pequeñas imágenes es llevárselas consigo a largas caminatas en su mano o en un bolsillo con más objetos, para que el roce y el sudor hagan el trabajo que debería hacer el paso del tiempo. Le gusta la idea de que parezcan fotografías anónimas encontradas en un mercadillo, que tengan su encanto y su misterio, que cualquiera las descubra, se las apropie y se invente su propia historia. Sigue leyendo