Yo también tengo un proyecto de fotolibro, y recientemente lo he enseñado en algunos talleres y visionados donde he recibido el muy necesario feedback: críticas, algunos consejos y muchas referencias. Estas referencias van formando parte del proceso de investigación, como documentación e inspiración para el proyecto.
Pues bien, a principios de diciembre se celebro Fiebre en la escuela de fotografía Blank Paper y yo participe en un “vis a vis”. Mi primer visionador nada mas ver mis fotos me pregunto si conocía el libro “The Pond” de un tal John Gossage . Sinceramente le dije que no, y tome nota en mi cuaderno como siempre.
Mas tarde cuando vi el libro (desgraciadamente en pantalla, se lo pedí a los Reyes Magos pero no llego), me quede sin palabras. No es raro este tipo de coincidencias o coexistencias en cualquier proceso creativo. Surgidas del desconocimiento son la mejor herramienta para revisar nuestro proyecto. Me invade una mezcla de frustración (“que ignorante y poco original que eres, mona”) y de satisfacción («no voy mal encaminada»). Dejando de lado odiosas comparaciones, es increíble la conexión. Lo de menos es que algunas de mis fotos sean claras repeticiones de las de Gossage, mucho más me impresiona la coincidencia en la manera de mirar y de sentir la relación con la naturaleza. Ahora me toca no quedarme en una burda imitación (a pesar de no haber sido consciente) y darle a mi proyecto su propia identidad, eso esta “chupao”.