Esta insistente lluvia que me persigue de ciudad en ciudad y las ganas de evasión de la realidad que me invaden me transportan a la “Amazonia” del cinematográfico libro de Claudia Andújar y George Love. Me enteré de su existencia gracias a Horacio Fernández y es uno de los libros más bellos que he descubierto últimamente.
Fue publicado en 1978 a comienzos de la reforma política pero aun bajo un régimen militar que sufría Brasil desde el golpe de estado de 1964 y que duró hasta el 85. Con prólogo de Thiago de Mello, texto que fue censurado en su momento, y diseño gráfico de Wesley Duke Lee.
Se hace comprensible la censura del pequeño texto de Thiago en un libro de fotografías teniendo en cuenta las palabras de otro dictador de la zona y de la época, el general argentino Videla:
“Un terrorista no sólo es alguien con un revolver, sino aquel que trae ideas contrarias a la civilización occidental y cristiana”
Efectivamente; La exótica vida de los Yanomami, unos indígenas en plena selva apartados de la civilización, era y es lo más contrario a la civilización “occidental y cristiana”.
Hoy en día es un libro muy especial y difícil de conseguir, incluso complicado reeditarlo pues se han perdido muchas de las 147 imágenes originales en diapositiva. Se considera una interpretación de la creación influenciado por el libro “The Creation” de Ernst Haas de 1971. Mediante una narración muy cinematográfica, su ritmo empieza muy tranquilo y va acelerándose poco a poco. Es perfecto para verse proyectado en gran formato.
Desde la lejanía y mediante imágenes abstractas y algunas diapositivas estropeadas nos introduce en los orígenes de la creación. La secuencia del libro propone muchos juegos visuales de simetrías, reflejos, dípticos y asociaciones.
Al principio es el cielo y luego el agua, mediante las imágenes aéreas tomadas por el marido de Claudia por entonces, George Love.
Agua y tierra se confunden.La vista se va acercando a la tierra sin tocar, mostrando la tierra como un ser donde los bancos de arena debajo del agua se asemejan a la piel.
Poco a poco va saliendo de la abstracción y se va acercando al suelo sobrevolando la vegetación, y descubriendo la vida.
Aparecen las aves, los reflejos en el agua, las plantas…
Tras un disfrute visual de la naturaleza y a través de un zoom surge el ser humano. Revelando un gran respeto hacia el tema, los Yanomami aparecen velados, mediados por la espesa vegetación. Durante unas cuantas páginas, nos ofrece una visión de la vida humana en armonía con la naturaleza cercana al paraíso.
De repente empieza a vislumbrarse algo extraño, nos encontramos ante un ave negra colgada por el cuello. Es un anuncio de que en el paraíso también existe la muerte.
Después, una doble página movida con un hombre corriendo a través de una vegetación espesa nos transporta a una serie de páginas en las que se sospechan los preparativos para una ceremonia.
Un rito en el que los Yanomami consumen una potente droga alucinógena. El clímax del efecto de la droga conduce a una especie de muerte momentánea, a un mundo disociado acompañado de cambios de percepción y alucinaciones.
Se trata de una ceremonia religiosa de transformación, muerte y resurrección. La Idea de muerte se presenta como transición no como final. La foto del niño puede sugerir la reencarnación. La diapositiva velada de la última página me funciona como el letrero de “fin” en las películas.
Esta es mi lectura del relato, después de haber “leído” varias veces el libro y ayudada por lo que nos contó Horacio en el master y en el taller que asistí en Barcelona.
Aquí os dejo un video donde se puede ver el libro completo.
Claudia Andújar nació en Suiza donde regreso durante la II Guerra Mundial después de haber pasado su infancia entre Rumania y Hungría. Su padre, un judío húngaro, y gran parte de su familia murieron estando deportados en campos de concentración. En 1956 se traslado a EEUU, donde estudió humanidades en el Hunter College de Nueva York y dos años más tarde se fue a São Paulo.
Conoció a George Love en Nueva York y tras varias visitas suyas a Sao Paulo, al final acabaron casados. Comenzaron a trabajar para la revista Realidade en la misma época por 1965, y aunque nunca estuvieron en plantilla, trabajaron para ella durante cinco años.
Andújar visitó por primera vez a los Yanomami en 1971, y a partir de ahí pasó prácticamente seis años conviviendo con ellos. Por entonces recibió dos becas (1972 y 1974) de la Fundación Guggenheim y, posteriormente, otra de la Fundação de Auxílio à Pesquisa do Estado de São Paulo (Fapesp) que le permitieron dedicarse a su proyecto y crear un gran vinculo con ellos.
Desde entonces Claudia Andújar ha dedicado su vida a la defensa de los derechos de esta gente. Entre 1978 y 1992, participó en la Comissão pela Criação do Parque Yanomami y coordina la campaña por la demarcación de las tierras indígenas. Entre 1993 y 1998 trabajó en el Programa Institucional de la Comissão Pró-Yanomami.
La vida y el entorno de este pueblo indígena siguen amenazados bajo la presión que ejercen los seres humanos «civilizados» y sus interés comerciales. Hoy a sus 83 años y desde su casa en São Paulo Claudia Andújar sigue comprometida con estas personas a las que considera su gran familia.
Este puede ser un ejemplo esperanzador de cómo la fotografía sí es capaz de cambiar el mundo, aunque a veces sea solo un detonante o una pequeña chispa para que prenda otra mecha. Paradójicamente, pese a la saturación visual, vivimos un buen momento para las historias contadas con imágenes. El lenguaje visual ha tomado un papel esencial en nuestras vidas y es cada vez mas abierto e interdisciplinar. Cuando las imágenes de la realidad cruda y dura pierden su significado brotan propuestas fotográficas que usan la ficción, la dramatización, la apropiación o manipulación de la realidad para llamar nuestra atención. Bienvenidas sean.
Cercano al mito del “buen salvaje”, Amazonia es un libro que cuenta una historia que ha sido contada ya muchas veces pero lo hace de una manera muy especial. Tiene ya sus añitos pero ha envejecido muy bien, su lectura se hace muy actual, visual y narrativamente. Inspirador.
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5 julio, 2015 en 6:14 pm
Hermoso trabajo fotográfico el de Claudia Andújar en este libro.
Y muy interesante eso que mencionas: “…pese a la saturación visual, vivimos un buen momento para las historias contadas con imágenes.”
Saludos Ruth!
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1 diciembre, 2014 en 11:37 am
Un trabajo excelente , me ha ha gustado mucho su manera de contar , te traslada a aquellos lugares remotos y te envuelve con su atmósfera.
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1 diciembre, 2014 en 9:50 am
Impresionante y más siendo de 1978…
Me ha venido a la cabeza » el corazón de las tinieblas «.
Gracias Ruth.
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