En 1964, eufórica por la recién ganada independencia, Zambia lanzó su primer programa espacial. Quería mandar a doce astronautas y diez gatos a la luna, para superar lo conseguido por Estados Unidos y la Unión Soviética en el momento álgido de la carrera espacial. Edward Makuka, un profesor de secundaria zambiano, dirigió la ambiciosa iniciativa pero sólo fue apoyada por unos pocos optimistas por lo que no logró conseguir la financiación necesaria. Las Naciones Unidas denegaron su apoyo y uno de los astronautas, una niña de 16 años, se quedó embarazada y tuvo que abandonar. Así terminó el sueño espacial de un continente plagado de guerras, violencia, sequías y hambre. Sigue leyendo