No me gusta nada poner etiquetas, ya que son susceptibles de manipulación y pueden ser usadas como arma arrojadiza. Se me hace extraño escuchar términos cómo ecofeminismo. A estas alturas, debería de ser tan innecesaria la defensa de la naturaleza cómo la de la mujer, me parece de cajón. Todos deberíamos de defender y proteger la vida natural del planeta que nos acoge, así cómo todos deberíamos proteger y defender a las mujeres. Que yo sepa, a todos nos ha parido una. Por absurdo que parezca, desgraciadamente esto no es así, tal y cómo están las cosas sigue siendo necesaria esta reivindicación. Si para eso tengo que colgarme la etiqueta de feminista, ecologista y ecofeminista , pues me las cuelgo todas y tan orgullosa. Aunque igualmente, debería de colgarme también la de humanista, ya que, aunque reniegue pertenezco a la «raza humana» y la RAE define el adjetivo humano en su cuarta acepción cómo «Comprensivo, sensible a los infortunios ajenos». Tristemente es una cualidad que también necesita reivindicación.
Lo salvaje se contrapone a la razón, a lo civilizado y al orden, estando asociado a lo mágico y misterioso. Tradicionalmente, la especial conexión de lo femenino con la naturaleza ha dado lugar a malinterpretaciones, especialmente desde la aparición de las religiones monoteístas judeocristianas y musulmana donde lo salvaje se asoció al pecado y a las supersticiones y por lo que miles de mujeres fueron (y son) perseguidas.
Qué hay de salvaje en lo humano y qué hay de humano en lo salvaje, esta es la reflexión que nos propone la exposición En lo salvaje, que nos describe su comisaria Semíramis González con las siguientes palabras :“Esta exposición traza un recorrido entre lo más salvaje del ser humano pasando por los cambios que este sufre a lo largo de su vida, en consonancia con el propio paisaje, para terminar en lo que de humano hay en la naturaleza y en la necesidad de preservarla ante la destrucción industrial. Cinco discursos diferentes para hablar, al final, de la existencia misma”.
En lo salvaje reúne el trabajo de cinco mujeres: Lucía Antebi, Elena Fernández Prada, Cristina Ferrández, Ángela Losa y Miren Pastor.
Elena Fernández Prada. Paraíso, 2014, óleo sobre tabla 118 x 127cm
«Nature Man-Made»es el titulo del libro de la fotógrafa alemana Simone Nieweg (Düsseldorf , 1962). En el se recogen diez años de trabajo de documentación fotográfica de un paisaje amenazado de extinción, concentrado básicamente en la tierra agrícola del Bajo Rin y la cuenca del Ruhr, en su Alemania natal. Aunque mas tarde comenzó a fotografiar también en Francia y otros lugares, siempre ha preferido trabajar cerca de donde vive, para poder estudiar los lugares con el paso del tiempo.
Sus imágenes nos muestran paisajes en la periferia de ciudades y nucleos urbanos: pequeñas granjas, áreas a pequeña escala como huertas y cultivos de frutales, o grandes extensiones de cultivos con cierto grado de mecanización pero nunca explotación agraria industrial, centrados básicamente en el autoconsumo y la explotación familiar.
Yo también tengo un proyecto de fotolibro, y recientemente lo he enseñado en algunos talleres y visionados donde he recibido el muy necesario feedback: críticas, algunos consejos y muchas referencias. Estas referencias van formando parte del proceso de investigación, como documentación e inspiración para el proyecto.
Pues bien, a principios de diciembre se celebro Fiebre en la escuela de fotografía Blank Paper y yo participe en un “vis a vis”. Mi primer visionador nada mas ver mis fotos me pregunto si conocía el libro “The Pond” de un tal John Gossage . Sinceramente le dije que no, y tome nota en mi cuaderno como siempre.
Mas tarde cuando vi el libro (desgraciadamente en pantalla, se lo pedí a los Reyes Magos pero no llego), me quede sin palabras. No es raro este tipo de coincidencias o coexistencias en cualquier proceso creativo. Surgidas del desconocimiento son la mejor herramienta para revisar nuestro proyecto. Me invade una mezcla de frustración (“que ignorante y poco original que eres, mona”) y de satisfacción («no voy mal encaminada»). Dejando de lado odiosas comparaciones, es increíble la conexión. Lo de menos es que algunas de mis fotos sean claras repeticiones de las de Gossage, mucho más me impresiona la coincidencia en la manera de mirar y de sentir la relación con la naturaleza. Ahora me toca no quedarme en una burda imitación (a pesar de no haber sido consciente) y darle a mi proyecto su propia identidad, eso esta “chupao”.
Últimamente solo encuentro consuelo en la naturaleza. Y ahora que por fin parece haber llegado el otoño, me dan ganas de salir al campo a jugar con las piedras, las hojas, y las ramas caídas. Siempre encuentro una enorme inspiración en el trabajo de Andy Goldsworthy.
Cuando el nivel de locura y sin sentido no para de aumentar en nuestro panorama social, político y económico, me inclino por recordar lo insignificante de nuestra existencia. Sumergirme en la contemplación de las fotografías de Axel Hüte, donde se hace tan manifiesta la pequeñez del ser humano, me reconforta. La crisis de realidad en la que estamos inmersos me invita a compartir las reflexiones de este artista. Sigue leyendo →
Waves, 2012. 80 x 64 cm, C-print on aluminium. Ed. 5 + 2 a.p.
Muchas veces he deseado fundirme con la naturaleza y hacerme invisible. Eso mismo le debe haber pasado a la fotógrafa finlandesa Wilma Hurskainen, antigua alumna de la Escuela de Helsinky. Estas fotos pertenecen a sus series “No name” en las que reflexiona sobre los temas de la infancia y la memoria y que junto al resto de las series englobadas con este titulo están recogidas en el libro “Heiress” publicado en Abril de 1012 por la editorial alemana Kerber Verlag. Sigue leyendo →
Bae Bien-U(1950, Yeosu) es reconocido en Corea del Sur como uno de sus artistas más importantes, un fotógrafo que ha influenciado a generaciones de estudiantes desde 1981 como profesor en el Instituto de las Artes de Seul. Es popularmente conocido por sus fotografías de paisajes meditativos, con cualidades casi caligráficas, de los bosques de pinos cerca del Templo de los Reyes de la dinastía Silla en Gyengju. Sigue leyendo →
Entre mis compañeros nos referimos a Javier Vallhonrat como «El Maestro». Durante un par de semanas fué nuestro “guru” dentro del Master de PHE y su taller fue tan intenso intelectual y emocionalmente que es muy difícil resumirlo. Eso si, confirmó la admiración y respeto que tengo hacia su trabajo y su persona. Sigue leyendo →
Hace años un viejo vestido de terciopelo negro llamo la atención de Riitta Päiväläinen en una tienda de segunda mano. No llevaba etiqueta, las costuras revelaban que estaba hecho a mano. Se probó el vestido y le quedaba perfecto. Le intrigó la historia de ese vestido. ¿Quién fue la mujer que encargó hacer ese vestido?¿Cuál sería la historia de su vida?
Su interés en la ropa vieja y usada es la fuerza primordial que mueve su trabajo. Para sus fotos usa desechos de ropa encontrados en mercadillos y tiendas de segunda mano. Le interesan porque llevan silenciosamente historias y relatos desconocidos, son vestigios del pasado. El hecho de que nunca sabrá sus verdaderas historias y los detalles personales conectadas a ellas estimula su curiosidad. Los ropajes se mantienen silenciosos guardando sus secretos. Sigue leyendo →
Jem Southam es uno de los fotógrafo británicos más respetados, nacido en Bristol en 1950 es el responsable del Departamento de Fotografía de la Escuela de Arte y Diseño de Exeter. Jem es un hombre alto, serio y discreto, educado pero distante, en definitiva muy british. Llegó a la escuela PIC de Alcobendas vestido como si llegara de dar uno de sus habituales largos paseos por la campiña inglesa, pero sin botas embarradas. En mi opinión es uno de los mejores fotógrafos conceptuales de paisaje, amigo de Richard Long (de ahí lo de las largas caminatas) y de Paul Graham, que en los 80 le mostró el trabajo de Eggleston y a partir de entonces sólo trabaja en color. Sus fotografías de gran formato en color reflejan los complicados procesos físicos en el ciclo continuo de cambio dentro de un paisaje, pero también exploran la tela social y cultural del lugar.
Vino al Master a hablarnos de fotolibros. El libro de fotos es un objeto de coleccionistas y amantes tanto de la fotografía como del libro en si mismo. No es lo mismo ver un trabajo fotográfico expuesto en una galería, donde se tiende a valorar pieza por pieza, que reunido en un libro, que se convierte en un todo que significa mucho más que la suma individual de todas las fotografías que contiene.
Tras dos días hablando de libros de fotografía y de cómo encauzar nuestros propios proyectos personales al respecto, el tercer día lo dedicó a hablarnos de su trabajo. De su serie “ The Garden», contó cómo el paso de las estaciones y el tiempo fueron cambiando un espacio que a lo largo de 17 años fue fotografiando sistemáticamente. Habló de que lo importante que es la relación que tienes con lo que fotografías y no lo fotografiado en si. Sigue leyendo →